Aquí van los últimos consejos para que te prepares y te lances a emprender:
Consejo 1: Invierte, pero con inteligencia
Cuando comienzas un negocio, intenta no tener gastos fijos. ¿Qué es esto? Un alquiler de una oficina o un empleado fijo, por ejemplo.
Es fácil decir que debes delegar y así darle a otros a que hagan lo que a ti no te sale bien o no te gusta. Pero, si recién estás comenzando, ¿a quién delegarás? Contratar un empleado a quien delegar en la etapa inicial de un negocio es un riesgo demasiado alto.
Si recién estás pudiendo generar unos ingresos que cubran tus gastos, ¿cómo vas a hacer para pagarle también su salario? ¿Y su seguridad social y demás impuestos o cargas sociales? Delegar, sí. Pero subcontratando. Hay muchísimas personas que trabajan “por proyecto” o “por trabajo” y esto es lo que se conoce como “freelancers”. Los contratas por un trabajo específico, les pagas por ese trabajo específico. No tienes un compromiso ni una continuidad. Se trata de un proveedor de servicios. Pruébalo. En internet encontrarás muchísimas opciones.
Otro gasto fijo que debes evitar al inicio es una oficina propia. Puedes trabajar en tu casa o compartir la oficina con un colega. O puedes alquilar una oficina temporal o por horas/módulos. Hay cientos de ideas que puedes explorar para encontrar maneras novedosas de hacer las cosas, gastando lo justo y necesario.
Consejo 2: Estabiliza tu negocio, antes de dejar tu empleo
Uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta un emprendedor es a no tener ingresos para pagar sus gastos. No estamos hablando sólo de los gastos del negocio (porque ahora sabes que puedes minimizarlos) sino tus gastos personales, lo que sería tu “salario”.
Esto es muy habitual, ningún negocio nace con todo resuelto ni tampoco te harás rico de la noche a la mañana. Así que prepárate. Lo bueno de mantener tu empleo es que te permite no preocuparte por el dinero (porque tienes una paga cada mes) y esto también te ayuda a poder inyectarle inversiones a tu negocio cuando lo necesites.
La parte negativa es que, al menos hasta la última vez que revisé, el día tiene sólo 24 horas. Lo mejor es que puedas utilizar el consejo número 1 y te organices para lanzar tu negocio y estabilizarlo antes de dejar tu empleo. Esto puede llevar meses o algunos años. La decisión siempre es tuya. Tal vez no hace falta que tu negocio te esté dando los mismos ingresos que tenías en tu empleo, sino que te esté dando el mínimo nivel de gastos que debes afrontar y un poco más para imprevistos. Eso significa estabilizarlo. Que ya sabes cuánto puedes ganar por mes aproximadamente con este “nivel” en el que se encuentra tu negocio y qué esfuerzo te demanda. Cuando dejes tu empleo o reduzcas las horas en las que estás empleado para otros, tendrás más tiempo para dedicarle a tu negocio lo cual representa una nueva inversión en él, y te permitirá también alcanzar un nuevo “nivel”.
Si ya no tienes empleo o si no puedes hacer ambas cosas a la vez, puedes conseguirte un empleo de medio tiempo o también llamados “bridge jobs = empleos puente”. Esto te permitirá tener el tiempo para dedicarte a tu negocio, que funcione y hacerlo crecer, a la vez que te despreocupas y no estás pendiente de la inestabilidad de ingresos que tendrás al principio.
Consejo 3: Prepárate para fracasar alguna vez
¡Uff! ya me estoy imaginando lo que estás pensando. Cuando hablo de “fracasar” quiero decir que muy probablemente no todo te salga a la primera.
La preparación que quiero que consideres en este caso es mental y emocional. Que una estrategia no funcione, que un cliente, o una docena de clientes no te compren, que un resultado no sea como lo esperas, no significa nada. O mejor dicho, significa que por ese camino no llegas a tu meta, y tienes que hacer una pequeña desviación. O que debes seguir intentando y darle un poco más de tiempo. Pero de ninguna manera debes abandonar el camino. Seguramente podrás hacer alguna variación, volver a probar y siempre pero siempre, evaluar tus resultados. Si tienes dificultades en este.
Entonces, esta es mi recomendación. Prepárate para fracasar una y otra vez, y luego levantarte, aprender de tu error y volver a intentar. La única forma de que el fracaso gane, es que no aprendas nada del error.
Estos consejos te ayudan a organizarte y a prepararte para la maravillosa aventura. Para nada es mi idea desestimar tus ganas de emprender o que renuncies a tu sueño. Pero no te imaginas lanzarte de un avión sin paracaídas, ¿verdad? Lo importante, es la preparación.
Espero que te hayan resultado útiles. Y en tu caso, ¿Cómo estás preparándote para emprender? ¿Estás considerando algún otro consejo que no se haya mencionado aquí?