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Que Aprender de los Japoneses

enero 15, 2018


¿Podemos aprender algo de este pueblo y que nos sirva a nosotros? Vemos a los japoneses como gente culta, enigmática y dedicada al trabajo en mente y alma. Veamos que podemos aprender de este pequeño país, pero entre los mas modernos del mundo.

Japón.

Japón es un país pequeño (la mitad que España), montañoso, de origen volcánico y superpoblado con más de 130 millones de habitantes.

Consta de cuatro islas principales y numerosas islas pequeñas. Apenas el 20% de su superficie es habitable lo que no deja de sorprendernos y admirar aún más este país que a pesar de ello, de su aislamiento durante siglos y de haber quedado en ruinas en la segunda guerra mundial ha sabido con disciplina y esfuerzo alcanzar altas cotas de progreso con un crecimiento económico único en el mundo siendo en la actualidad la tercera economía mundial (la segunda hasta 2010).

Japón es una sociedad moderna pero firmemente arraigada en sus tradiciones ancestrales. Debido a sus creencias los japoneses buscan mantener la armonía entre todas las cosas, son disciplinados y valoran la jerarquía en la familia, la sociedad y la empresa y el respeto hacia sus superiores por lo que el obrero o empleado japonés es disciplinado y  diligente.

En general el empleado japonés, al contrario que nosotros, aspirará a servir en la misma empresa durante toda su vida. No le importa que todos usen los mismos uniformes, vivan en dormitorios colectivos y desarrollen su trabajo como si fueran largas cadenas de montaje de una empresa automovilística.

Japón supo copiar de otras naciones más avanzadas los modelos de producción moderna y después mejorarlos pues este concepto de mejora constante es un ideal nacional.

Japón es un país altamente industrializado especialmente en las altas tecnologías que supo en los años posteriores a la gran guerra copiar primeramente y luego innovar y producir con la mente fija en la calidad y mejora constante de sus productos.

Hoy día es uno de los países más avanzados tecnológicamente del mundo especialmente en el mundo de la automoción (tercero mundial) equipamientos electrónicos (la primera del mundo), robótica,  maquinaria industrial, etc.

El caracter del japonés.

Al contrario que los latinos que somos especialmente individuales, los japoneses tienen una mentalidad de grupo donde se prima el bienestar del conjunto por encima de la  del individuo. Este espíritu de cooperación y armonía en grupo es fundamental en la cultura japonesa aunque se piensa que las nuevas generaciones están cambiando este concepto para abrirse más hacia la individualidad a la manera occidental.

Los japoneses tienen todo muy jerarquizado. Cada uno sabe cual es su puesto y su cometido y no se saldrá del papel. Hasta las formas  de saludar y sentarse a la mesa son importantes para un japonés. Esto lo vi yo en una ocasión en un hotel de Nueva York donde pude observar lo importante que es el protocolo y los saludos a los superiores con grandes reverencias. Esto seria inconcebible en nuestra sociedad.

Los japoneses son reservados y no quieren llamar la atención. Se esfuerzan por la perfección y la mejora constante da lo mismo que sea a la hora de confeccionar un ramo de flores como de diseñar un automóvil con una gran capacidad creativa. Uno no tiene más que fijarse en empresas como Canon, Sony o Mitsubishi.

Aspectos positivos que podemos aprender de los japoneses.

La educación.

Ellos tienen una gran reputación de formalidad y no se conforman con un apretón de manos cuando saludan o les presentan a alguien sino que la tradicional reverencia es común todavía en esta sociedad tan moderna en otros aspectos. Los japoneses dan una gran importancia al respeto y la educación y por ello suelen ser bastante tímidos en las relaciones con los demás.

La puntualidad. 

Al contrario que nosotros los latinos, los japoneses son puntuales en extremo y consideran una gran falta de educación llegar tarde a una cita y no digamos si alguien llega tarde al trabajo.

La amabilidad. 

Esta se expresa en multitud de situaciones de la vida diaria. Nadie en Japón visitaría a otra persona en su casa sin llevarle un regalo.

Trabajo duro. 

Para el japonés el trabajo es tan importante o, en ocasiones, más que incluso la propia familia. Existe una palabra en su idioma para la muerte por exceso de trabajo “karoshi” y es porque se da en muchas ocasiones. Esta palabra es imposible de traducir en nuestro idioma por motivos que todos conocemos.

Para muchos trabajadores japoneses el irse del trabajo justo cuando acaba la jornada es algo negativo y muchos prefieren quedarse algo más de tiempo aun sin cobrar horas extra. Lo que más le agrada a un japonés cuando termina su jornada de trabajo es que le digan “otsukaresama deshita” (estás cansado). ¿Es de extrañar que sean la tercera economía del mundo?

La sociedad exige tanto en materia de perfección que cuando ésta no se puede conseguirse muchos no ven otra vía de escape que el suicidio.

El respeto.

 En este país se tiene un gran respeto por los demás especialmente por las personas ancianas ya que se piensa que cuanto mayor es una persona más sabia es y se considera algo de mal gusto hablarle a alguien  mayor que tú de una manera pasota o con demasiada familiaridad.

La limpieza. 

Como español en ocasiones me avergüenza ver el estado de las calles y cómo la agente tira papeles y otra basura sin ninguna consideración ni respeto hacia los demás. Los japoneses son famosos por ser extremadamente limpios y cuidadosos con su entorno.

Si van de excursión y ven algo de basura en el campo la recogen aunque ésta sea de otros irresponsables y cochinos. En las escuelas son  los propios alumnos  los que  limpian, barren las aulas y pasillos y recogen la basura  después del horario escolar. Para el japonés  el tener todos los lugares públicos limpios es una obligación que atañe a todos los ciudadanos.

Saber valorar las cosas. 

En japonés hay una palabra “Mottoinai” que expresa lo que uno siente cuando ha desperdiciado algo. Siendo un país pequeño, superpoblado y sin recursos naturales no es de extrañar que su gente tenga mucho cuidado en apreciar lo que tienen y no desperdiciar las cosas como se ve con mucha frecuencia en occidente.

Antes de cada comida el japonés dice las palabras  “itadakimasu” (recibo con humildad) para agradecer el trabajo realizado por aquellos que han cultivado los productos o los que los han preparado en la cocina y a las plantas y los animales que han dado sus vidas para que ellos se puedan alimentar.